Confesión
Me siento ridículo con esta camisa. Tan planchada, tan perfecta, tan impoluta. Nunca visto así, joder, va a pensar que soy idiota. El riesgo de que todo esto se note como algo premeditado aumenta con cada paso que doy. Leer más...
Me siento ridículo con esta camisa. Tan planchada, tan perfecta, tan impoluta. Nunca visto así, joder, va a pensar que soy idiota. El riesgo de que todo esto se note como algo premeditado aumenta con cada paso que doy. Leer más...
La luz de la tarde llegaba a trompicones entre maleza, casas de colores y vasos de cristal. Luiz, sentado en un banco de madera de ese maltrecho bar, paladeaba la espuma de una cerveza sin alcohol. Aquel era un pequeño templo para la gente del barrio que, tras jornadas interminables en trabajos precarios, descansaba las lumbares y las preocupaciones. Leer más...